20/01/2017

El caso de 'Pesadilla en la Cocina': ¿estafa o desconocimiento?

La televisión es una herramienta de doble filo: así como resulta un escaparate perfecto para aquellos negocios que desean realizar un reclamo masivo a los espectadores, puede provocar resultados negativos debido a la exposición mediática. Esta semana hemos conocido el caso de Pesadilla en la Cocina, el conocido programa que Alberto Chicote conduce y cuya función en la pequeña pantalla es la de auxiliar a restaurantes que, por razones más o menos llamativas, no levantan cabeza. Sin embargo, los protagonistas de algunos episodios parecen no haber quedado conformes con la actuación del chef: 22 restaurantes se han unido para denunciar las supuestas estafas cometidas por el equipo del programa.

Exposición, reputación y negocios

No es la primera vez que un concursante denuncia al televisivo chef ante los tribunales (aunque por supuestos delitos de distinta naturaleza a la estafa ahora examinada): el dueño de uno de los restaurantes "rescatados" por el programa demandó a Alberto Chicote por intromisión ilegitima en el honor al, presuntamente, darse a entender que en el establecimiento "se fomentaba y practicaba la prostitución". El propietario declaró que aquello era totalmente falso y que, además, perdió beneficios al sufrir la cancelación de eventos costosos tras la percepción de su restaurante en televisión. Sin embargo, esta querella fue desestimada, por lo que no podemos hablar de precedentes condenas en el ámbito penal.

Tampoco podemos aventurarnos a hacer una valoración general de todos los participantes, pues han sido muchas las entregas que se han emitido y, al parecer, la sensación de descontento es residual. Lo que está claro es que, en cada caso, la cadena y productora han firmado contratos con los titulares de cada restaurante o local y que, solo en base a estos, se puede determinar si hay o no propio incumplimiento y se requeriría un estudio causístico individualizado. Teniendo en cuenta si ha existido o no consentimiento expreso de ambas partes, se puede reclamar una indemnización en el caso de haber sufrido un perjuicio tras un peritaje judicial en el que se comprueben aspectos cruciales del hecho (quién acudió a quién, cuantía efectiva de los costes, etc).

¿Podemos hablar de estafa?

En Martínez-Echevarría Abogados tenemos una amplia experiencia en la llevanza de asuntos penales. Por ello, queremos destacar la importancia de ser cuidadosos al imputar un delito. Los propietarios de más de una veintena de negocios de restauración parecen decididos, pues ya se han asociado para denunciar a Alberto Chicote y a la productora del programa por las presuntas manipulaciones de la realidad, "promesas incumplidas y vejaciones", según los afectados. Tras la celebración de una reunión, decidirán si procede presentar una demanda por estafa. Sin embargo, para que concurra este tipo penal (según reiterada doctrina del Tribunal Supremo), debe tener los siguientes elementos definitorios: ánimo de lucro, engaño bastante que produzca error en la parte disponente y un efectivo acto de disposición por parte de este que le ocasione a su vez un perjuicio propio o ajeno. Si finalmente se interpone o no la denuncia y si esta tiene recorrido, será algo que previsiblemente conoceremos en los próximos meses.

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